domingo, 10 de marzo de 2013

Días 187 y 188

Correr, caminar y correr...
Asfalto, tierra, piedras, árboles y agua...

Salgo sin rumbo de casa, sólo quiero correr.
Llevo mis zapatillas puestas, amortiguan mis pasos silenciosos por la calle, cada paso por un charco me moja las piernas...
Sólo corro, solo corro...
El mar a mi lado, la montaña delante y mis ojos mirando a ninguna parte. Corro sin pensar, en mi cabeza resuenan las notas de la música de mi iPod y mis piernas funcionan de manera automática, fieles a su objetivo, esclavas de mi mente. Sin saber cómo, llego a la montaña. Subo, sólo subo, solo subo...
Estoy en la cima de no sé donde, me desahogo en el aire... Sigo corriendo en medio de la nada y en medio de todo, no sé cuántos km he corrido ni qué desnivel he acumulado, pero no me importa.





Al día siguiente corrí 18 km a un ritmo muy bueno, buenísimas sensaciones para la maratón, estoy listo, vamos.


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